Quién lo diría. Un teatro como el Maravillas, un sábado a las 10 de la mañana, está lleno de vida.
Los fines de semana, aunque las exitosas producciones para adultos (El crédito y Jamming) revientan la taquilla, hay otros públicos -públicos menudos, menudos públicos- que también toman el patio de butacas, quizás por primera vez en su vida. Los niños y niñas, llevados por papá y mamá, por la abuela, por el tío enrollado, dejan sus rutinas escolares diarias para introducirse durante un par de horas en mundos mágicos. Asisten al ancestral ritual del teatro con el entusiasmo dibujado en el rostro. Es un día de fiesta. Ir al teatro es sinónimo de diversión. Y más nos vale que así sea, porque son los espectadores de hoy, pero sobre todo son los públicos de mañana, los que dentro de 10 o 15 años vendrán a la Golfa de Jamming cerveza en mano, los que dentro de 20 o 30 vibrarán con las estupendas interpretaciones de otros hipólitos y merlos en otras comedias de otros galceranes.
Pero hoy es sábado, un sábado otoñal. A las 10 de la mañana ya están los maquinistas en el escenario del Maravillas montando los decorados, la encargada del vestuario planchando los trajes, las maquilladoras desplegando su paleta inmensa de colores y texturas, de brochas y pinceles. A las 12:30 hay función de Alicia en el país de las maravillas. A las 16:30 toca El mago de Oz, mismo equipo para ambas, los currantes de la compañía Mundiartistas, con su director Javier de Pascual a la cabeza. Historias de siempre contadas como nunca. Tanto que hay personajes que tardan casi una hora en prepararse para salir a escena, porque la caracterización es uno de los fuertes de estas producciones.
Uno de los actores, Germán Vigara, sin ir más lejos, "sufre" dos tremendas transformaciones a lo largo del día. Primero es el Sr. Conejo en el país de las Maravillas, el que empuja a Alicia hacia la madriguera que le descubrirá todo un mundo de sorpresas. Luego será el León en El Mago de Oz, uno de los acompañantes de Dorothy en su camino de baldosas amarillas. Su animalización es, en realidad, toda una cantera de recursos como actor (lo mismo le pasa a Zalo Calero, gato por la mañana, hombre de hojalata por la tarde). Como él mismo dice, "este tipo de trabajos te dan los recursos necesarios para desenvolverte en cualquier situación teatral, no te asustas cuando tienes poca información sobre un personaje, porque aquí de lo que se trata es de estar alerta y ganarte la atención de los niños. Tienes que estar con ellos desde el primer minuto, hacerte pequeño y jugar, hacerles partícipes en todo momento de la historia, interactuar."
Ana del Arco es otra de las actrices del equipo. Por la mañana llega de las primeras. Como interpreta a Alicia, su proceso de maquillaje es mucho más rápido y sencillo. Acaba pronto y hasta la hora de empezar la función calienta motores, hace ejercicio, comenta con sus compañeros, prueba voces. Por la tarde tiene más trasiego, ya que da vida a cuatro de los personajes de El mago de Oz: la señora Gulch, la Bruja del Oeste, el hada Glinda y la Tía Emma. Dura la vida del actor de infantiles, sí, pero agradecida. "El teatro infantil es muy gratificante y como actriz te da muchas tablas. Como tenemos la suerte de poder hacer muchas funciones, te permite jugar, buscar y encontrar muchas cosas, te permite volver un poco a ser una niña."
Poco a poco va llegando el resto del elenco. Encuentran un recodo en el laberinto de pasillos y escaleras, camerinos y almacenes, que se abre detrás del escenario del Maravillas, para ir colocándose sus trajes y sus adornos. Todo tiene ese ritmo caótico típico en la cara oculta de las obras de teatro, esa vertiginosidad que se vive mágica cuando miras desde fuera, apostado en un rincón viendo pasar gente en todas direcciones, unos con martillos y destornilladores, otros con enormes bolsas de plástico, otros colocándose la petaca del micro, otros pidiendo que le suban una cremallera al de al lado. Es como la corriente submarina, que nadie de los que están a la orilla de un mar tranquilo perciben. Al contrario, los espectadores disfrutan con dos obras que se perpetúan en la cartelera porque obtienen el favor del público cada fin de semana. Basta con citar que El mago de Oz va por su quinta temporada de éxito en Madrid. Será por lo que señala Ana del Arco, porque es una obra "realmente familiar, no sabes luego quién tiene la sonrisa más grande, si el padre o el niño, porque son obras que se piensan para el disfrute de todos, grandes y pequeños."
Sesiones especiales en Navidad
Tanto Alicia como en el país de las maravillas como El mago de Oz añaden funciones especiales en este mes de diciembre, temporada alta si hablamos de teatro para niños y niñas. En el caso de Alicia, además de sus representaciones habituales los sábados por la mañana (excepto el día 19 de diciembre), habrá función especial los lunes 7 (12:30h.) y 28 de diciembre (17h.) Por su parte, El mago de Oz, el sábado 19 hará doblete, porque tendrá función también a las 12:30h., y hará función extra igualmente los lunes 7 (16:30h.) y 28 de diciembre (19h.). Y no olvidéis que, además de estos dos títulos, la programación infantil del Teatro Maravillas se completa con El libro de la selva los domingos en doble sesión a las 12:30h. y a las 16:30h., también con funciones especiales los martes 8 (12:30h. y 16:30h.) y 28 de diciembre (17 y 19h.). Queda pendiente una visita a la selva, pero eso será para el siguiente post de este blog.
TRAILER DE EL MAGO DE OZ: Ver Videolightbox[moviedom 800 600]EL MAGO DE OZ
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