PARA CONOCER (MEJOR) A FLORIAN ZELLER
Florian Zeller ha cumplido 37 años en 2016 convertido en el dramaturgo francés vivo más representado fuera de Francia. Aunque empezó como novelista, es el teatro lo que le está dando esta dimensión global. Él es el autor de La mentira, la obra que tenemos en el Teatro Maravillas desde el 22 de septiembre, dirigida por Claudio Tolcachir y protagonizada por Carlos Hipólito, Natalia Millán, Armando del Río y Mapi Sagaseta. En este artículo vamos a dar unas cuantas claves de su vida y de su obra que contribuirán a conocerlo mejor.
Zeller nació en París -donde reside- el 28 de junio de 1979. Desde hace más de 15 años comparte su vida con la actriz Marine Delterme, con la que tiene un hijo, Roman. Delterme ha participado en una veintena de películas y, además, ha protagonizado dos obras de su compañero: Le manège (2015) y The girl on the sofa (2011).
Es un autor prolífico, un adicto al trabajo que no es muy dado a hablar de sí mismo ni de sus obras. Le gusta que sus personajes hablen por él. Ama a los actores, de los que ha dicho que son "como niños jugando. Es ese instinto lúdico de los actores lo que me impulsó a escribir para ellos".
A sus 37 años, cuenta en su haber con cinco novelas y once obras de teatro (más un libreto de ópera y alguna que otra letra para las canciones de su amigo Christophe). Entre sus piezas teatrales, las más reconocidas son L'Autre (El otro, que estrenó en 2004 y que le abrió de par en par las puertas de la escena parisiense), Si tu mourais (Si murieras, de 2006, estrenada en el Teatro de los Campos Eliseos con Catherine Frot y que le valió el Premio Joven de la Academia Francesa), Elle t'attend (Ella está esperando, de 2008, que en París protagonizó Laetitia Casta) y los binomios La mère (La madre, 2010, Premio Molière) y Le père (El padre, 2012) por un lado, y La Verité (La verdad, 2011) y Le Mensonge (La mentira, 2015). En París se estrenan ahora sus dos últimos títulos: Avant de s'envolver y L'Envers du Decor.
Las obras de Zeller suelen tener un tono cómico que no renuncia a momentos más tensos que precisamente encuentran su distensión en un arranque de humor, un humor nunca facilón. Podríamos decir que muchos de sus textos son "neovodeviles" que hablan fundamentalmente del juego amoroso, de la dificultad de relacionarse, tanto en pareja como con los amigos, de las múltiples caras de la soledad. Es un autor que usa con maestría el diálogo rápido y picado, de frases cortas, precisas, muchas veces contundentes. Lo importante no suele ser la anécdota de la función, que no sirve más que para desencadenar la acción. Lo importante en sus obras son las consecuencias de esa historia que se plantea inicialmente y cómo influyen en las relaciones humanas. No son obras moralistas, el autor no se posiciona, sino que expone las diversas posturas a través de los personajes y es el espectador el que va haciendo su propio juicio, que -y esto es muy característico del teatro de Zeller- cambia a medida que avanzan las acciones. Eso hace que el público esté muy activo durante la función, se lo está pasando bien pero no deja de cuestionarse acerca de lo que ve y oye.
Como decíamos al principio, Zeller es el dramaturgo francés vivo más representado fuera de su país. Además de ver estrenadas obras suyas en Alemania o en Suecia, las mecas teatrales de Europa y América, o sea, Londres y Nueva York, lo han recibido con los brazos abiertos y la crítica le ha consagrado como un autor fundamental. Tanto es así que The Guardian dijo que Zeller es "el autor teatral más apasionante de nuestra época". Por su parte, el mítico semanario francés L'Express ha dicho directamente que hoy es el mejor dramaturgo francés, con permiso de Yasmina Reza, claro. De hecho, la estructura de muchas de sus obras es evidentemente deudora de las geniales piezas de la autora de Arte.
El Zidane del teatro francés, como muchos lo llaman jocosamente, estrenó la temporada pasada El padre en Broadway, en el Manhattan Theatre Club, nada más y nada menos que con Frank Langella como protagonista, un papel que le valió al mítico intérprete el Premio Tony 2016 al Mejor Actor.
En España conocemos a Florian Zeller (como conocemos a casi toda la dramaturgia contemporánea francesa) gracias a Josep Maria Flotats, que estrenó La verdad en 2012 como director y protagonista en el Teatro Alcázar. Él lo introdujo en Madrid, ciudad que este otoño vivirá un intenso "momento Zeller", ya que además de nuestra producción de La mentira, se podrá ver en el Teatro Bellas Artes el montaje de El padre que ha dirigido José Carlos Plaza con otro grandísimo actor al frente del reparto: Héctor Alterio. Toda una suerte para los aficionados al teatro.